En un esfuerzo por mejorar la eficiencia y la confiabilidad de los sistemas de uno de nuestros clientes, recientemente llevamos a cabo la sustitución de un reductor obsoleto que había estado en uso durante 26 años. Este cambio, realizado en el marco del proyecto “Duna”, no solo fue necesario debido al envejecimiento y desgaste natural del equipo, sino también para aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías disponibles en el mercado.
El reductor antiguo del cliente, tras más de dos décadas de servicio continuo, presentaba signos evidentes de desgaste y obsolescencia. Además, la disponibilidad de repuestos para este modelo se había vuelto extremadamente limitada, lo que incrementaba el riesgo de fallos prolongados y costosos. Mantener un equipo así representaba una vulnerabilidad operativa significativa para las operaciones diarias del cliente.
La decisión de reemplazar el antiguo reductor por un reductor estándar con repuestos disponibles fue estratégica. El nuevo equipo cuenta con bridas, anillos y un buje acanalado que se adaptan perfectamente a la sujeción existente en el chasis del cliente, evitando así la necesidad de modificaciones costosas y complicadas. Este tipo de reductor no solo es más fácil de mantener debido a la accesibilidad de sus repuestos, sino que también está diseñado para ser más robusto y eficiente.
Una de las mejoras más significativas con la instalación del nuevo reductor es el aumento del 35% en la capacidad mecánica. Este incremento se debe a la tecnología avanzada y los materiales de alta calidad utilizados en su fabricación, lo que permite un mejor rendimiento bajo condiciones de carga más elevadas. Este cambio no solo asegura una operación más fiable para el cliente, sino que también proporciona una mayor flexibilidad y capacidad para manejar futuros incrementos en la demanda operativa.